Es la hora del desarrollo empresarial familiar
Aires nuevos llegan a la ciudad y valga la metafora: si hay un director de orquesta, es importante que todos los instrumentos de ésta estén afinados. Es decir, si los dirigentes valoran el espacio público como el lugar de encuentro con todos los ciudadanos, ahora será la hora de la ciudad sostenible: la de los espacio públicos: calle, plaza publica, parque…etc., la de la densidad de población suficiente, la del buen transporte público, la que define correctamente sus barrios etc.
Es el momento de que, a un nivel superior que el de la administración local, se confirmen, detecten y se sientan los problemas que la ciudad dispersa e insostenible dejo en el que hacer diario de los ciudadanos, alejando cualquier sentimiento de pertenencia de éstos, de cualquier administración estatal. Creando un estado disperso?
Es la hora de afinar todos los instrumentos de la orquesta, es decir, es la hora de utilizar el espacio urbano como un verdadero lugar para el encuentro y relación de los ciudadanos.
Es la hora de la unidad, donde el estado y el ciudadano de a pie, tengan metas comunes: la de un urbanismo más sostenible, la de las ciudades que valoran sus calles, sus plazas, sus densidades de población adecuadas y sus edificaciones, donde el ciudadano sienta la ciudad como ese lugar para el desarrollo de su propia vida social-política, cultural y laboral.
Ahora, es el momento de modificar las incongruentes propuestas urbanas que poco a poco fueron restando oportunidades al desarrollo empresarial familiar que venden todos los productos que consumimos. ¡Todos! Hasta los productos más minoritarios.
TODOS CONSUMIMOS MERCADO
Mercado de la Boquearía. Ramblas. Barcelona
Frutos secos
SOLO CONSUMEN UNOS POCOS
Pero en nuestros espacios urbanos también tienen que tener capacidad para acoger a tiendas minoritarias cuya clientela puede ser del barrio, turista o venta internet
Tienda de tarots y ajedrez. Calle san Andrés. Barcelona
Tienda para los amantes del mundo de la miel. Calle Huertas. Santiago de Compostela
Estas imágenes valen de ejemplo, pero… ¿que sería de nosotros si no tuviéramos tiendas para lo especial: los coleccionistas de discos de vinilo, comerciantes de aceites esenciales, de guantes, de sombreros, de bordados en telas de lino, de chocolate, de guitarras, ortopedias etc.? ¡No las perdamos
Etiquetas: consumo elitista, economia familiar, empresa familiar, nuestros caprichos comerciales.
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